LA CIUDAD SEGREGADA ES UNA OBRA DE LA DICTADURA
- Pincoyazo
- 9 oct 2024
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El golpe de Estado del 73 y las violaciones a los derechos humanos fueron un medio utilizado por la CIA y la clase dominante de este país para defender sus intereses. Con él, se refundó el país a través de la instauración de un modelo económico diseñado en EEUU y aplicado acá por jóvenes becados de la Universidad Católica (los Chicago Boys).
El nuevo Chile fue impuesto a punta de muerte, tortura, desapariciones, pero también desplazamientos masivos de pobladores. Con ello, se buscó desarticular el tejido social, pero también abrir paso a un proceso de reorganización y privatización de la ciudad, haciendo de ella una fuente de inversiones donde depositar los excedentes del capital.
En 1979 se declara el suelo como un bien no escaso, privatizando reservas de suelo estatal y expandiendo los límites de la ciudad para unos años más tarde declararlo un bien escaso, inflando así su valor.
Junto a ello, y aplicando la máxima neoliberal de que el Estado asume un rol subsidiario de la iniciativa privada, se entregó a la Cámara Chilena de la Construcción el protagonismo en la producción de vivienda e infraestructura pública, creando el subsidio habitacional para hacer de la crisis de vivienda un negocio a costa de los recursos públicos.
Este modelo fue luego heredado y profundizado por la Concertación, luego de un proceso de renovación política en el exilio y la comodidad. Hoy, a 51 años del golpe, una nueva generación, los hijos de los herederos, asumen el mando para seguir administrando la miseria que enriquece a unos pocos.
La tarea de las organizaciones populares es no olvidar, analizar críticamente la historia, larga y reciente, y con ello volver a crear estrategias para reconstruir el poder de quienes vivimos del trabajo y aspiramos a una vida digna.